Chat GPT en educación: ¿una herramienta de aprendizaje valiosa o un riesgo intelectual?

Mientras los estudiantes de nuestras escuelas francesas se alistan para las vacaciones, y el año escolar ha estado marcado por la irrupción de herramientas de inteligencia artificial generativa (IAG) como ChatGPT en las aulas y espacios de estudio, surge la necesidad de evaluar su papel en el ámbito educativo.

¿Representa la IAG un peligro potencial para la integridad académica o se puede considerar como una herramienta valiosa para reforzar la enseñanza y el aprendizaje? A nivel mundial, las opiniones son divididas, incluso dentro de las instituciones más reconocidas, y la llegada de ChatGPT ha revolucionado el mundo educativo.

Prohibido inicialmente en las escuelas de Nueva York, en la Universidad de Hong Kong y en Sciences Po París, el desarrollo de OpenAI sigue siendo ampliamente utilizado por los estudiantes.

Estas prohibiciones generan interrogantes, especialmente después de que en el IUT Charlemagne de Nancy se generara polémica cuando una profesora se negó a corregir cien exámenes, al sospechar un uso excesivo de ChatGPT por parte de sus alumnos. Sin embargo, no sancionó a los estudiantes por emplear IA. En cambio, la universidad contempla modificar su reglamento interno para regular el uso de herramientas de IA y penalizar su mal uso, al igual que el plagio.

El papel crucial de los docentes

Es innegable que la inteligencia artificial generativa puede brindar apoyo valioso a los estudiantes para mejorar su ortografía y ayudarles a formular oraciones complejas. Basta con introducir un texto en la plataforma para obtener una versión más pulida, mejor argumentada y, sobre todo, sin errores gramaticales.

Sin embargo, el uso no supervisado podría mermar el pensamiento crítico y la adquisición de conocimiento. Aquí, el papel de los docentes es fundamental: deben orientar a los estudiantes en el uso de estas tecnologías, enseñándoles a distinguir entre un uso beneficioso y una dependencia perjudicial de la IA.

Más aún, aunque la IA posee el potencial de fomentar una relación más madura con el conocimiento y disminuir ciertas desigualdades, también puede ser un aliado valioso para los docentes, ofreciéndoles herramientas para personalizar la enseñanza y ayudar a los estudiantes a avanzar a su propio ritmo.

Optar por la formación en lugar de la prohibición

La integración de IA en el sistema educativo requiere de un enfoque meditado.

En Hong Kong, se lanzará un programa ambicioso el próximo año escolar. Aunque aún se está definiendo su contenido, su objetivo es instruir a los estudiantes de secundaria de las 450 escuelas públicas de la ciudad en los fundamentos de la IA, su funcionamiento y sus implicaciones en la sociedad. Además, se les motivará a desarrollar sus propios proyectos de IA, promoviendo un enfoque práctico del aprendizaje. Esta iniciativa demuestra cómo la educación puede evolucionar para preparar a los estudiantes para un mundo cada vez más tecnológico.

La necesidad de reformar el sistema educativo

Para preparar a los futuros graduados y trabajadores de nuestro país y mantenernos competitivos frente a los países emergentes, es momento de adoptar un enfoque equilibrado hacia la IA en la educación nacional. En lugar de temerla, debemos acogerla y comprenderla. Es crucial formar a nuestros estudiantes para que la utilicen de manera responsable y entiendan su impacto en la sociedad. Solo así podremos maximizar los beneficios de la IA minimizando sus riesgos.

El futuro de la educación ya está aquí y es digital. Integrar nuevas herramientas tecnológicas en los métodos de enseñanza es un reto complejo que requiere una reflexión profunda. No se trata de una cuestión binaria de permitir o prohibir, sino de entender cómo se pueden usar de manera responsable y constructiva para enriquecer la educación de nuestros ciudadanos y, en última instancia, impactar positivamente en nuestra productividad y economía.

Es hora de adaptarnos y aprender a navegar este nuevo entorno con sabiduría y visión de futuro.

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