IA generativa en el arte: ¿Estamos entrando en una nueva era de creatividad asistida?

La inteligencia artificial (IA) generativa, representada por entidades como Chat GPT, Midjourney, Dall-E y muchas otras, ha inaugurado una nueva era de creatividad algorítmica. Estas tecnologías, que emplean técnicas de aprendizaje profundo para crear contenido original a partir de modelos preexistentes, son tanto fascinantes como preocupantes. Su habilidad para generar música, texto, imágenes e incluso películas suscita preguntas cruciales: ¿deberíamos temer a estas formas de IA generativa creativa?

Las maravillas de la IA creativa

Chat GPT, desarrollado por OpenAI, es una IA conversacional capaz de generar textos frecuentemente indistinguibles de aquellos escritos por seres humanos. Midjourney y Dall-E, también de OpenAI, producen imágenes a partir de descripciones textuales, capaces de crear ilustraciones originales con instrucciones tan simples como “imagina un gato doméstico de forma cúbica”.

Por su parte, AIVA es una IA entrenada en una extensa variedad de partituras de música clásica, capaz de generar composiciones originales en diversos géneros. En 2016, AIVA se convirtió en la primera IA reconocida oficialmente como compositora por la sociedad de autores SACEM en Francia. Las implicaciones de estas tecnologías son vastas, abarcando desde atención al cliente hasta educación, diseño gráfico, publicidad, industria musical y medios de comunicación.

Desafíos sin precedentes para los actores creativos

El impacto de la IA generativa creativa trasciende el simple marco tecnológico. Artistas, músicos, cineastas y otros creadores de contenido enfrentan una nueva realidad llena de oportunidades y desafíos.

La IA generativa ofrece a los creativos nuevas vías para explorar su arte. Los pintores pueden usar Dall-E para materializar nuevos conceptos visuales, mientras que los músicos pueden emplear herramientas para componer melodías que desafíen sus patrones habituales. Los cineastas y actores también pueden beneficiarse de estas herramientas para crear efectos especiales más realistas o doblar actores en diferentes idiomas, abriendo nuevas posibilidades narrativas.

Sin embargo, existe un temor palpable entre los creadores de ser reemplazados por estas tecnologías. Si una IA puede escribir un guion, componer una sinfonía, crear una obra de arte o actuar, ¿qué sucede con los guionistas, músicos, artistas y actores? ¿Podría la IA generativa creativa volver obsoletas algunas profesiones creativas, al igual que las máquinas reemplazaron trabajos manuales durante la revolución industrial?

Además, la IA creativa podría llevar a la estandarización de la creación. Si todos usan las mismas herramientas de IA para crear música, películas u obras de arte, ¿corremos el riesgo de perder la diversidad y originalidad que enriquecen la creación humana?

Propiedad intelectual en el centro del debate

Un gran debate entre artistas es el de la propiedad intelectual. Si una IA crea una obra de arte o una melodía, ¿quién posee los derechos de autor? ¿La IA, el programador que la creó o el usuario que proporcionó los datos iniciales? Las leyes actuales de derechos de autor no ofrecen respuestas claras, dejando un vacío legal que podría generar conflictos.

Actualmente, se está redactando la Ley de IA, impulsada por la Comisión Europea. Se espera su promulgación antes de fin de año, pero probablemente no resuelva todas las dudas y temores.

¿Hacia una convivencia creativa?

Aunque los temores son legítimos, es importante recordar que la IA aún no puede sustituir la creatividad humana. Puede amplificarla y enriquecerla. El arte es a menudo un reflejo de la experiencia humana, nuestras emociones y vivencias.

Ante los desafíos que plantea, es esencial no ver la IA creativa como una amenaza, sino como una herramienta, considerando la colaboración entre humanos y IA como una apertura a nuevos horizontes creativos. Depende de los creadores, legisladores y la sociedad aprender a navegar en esta nueva era de creatividad asistida.

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